Por qué existe Equipo Río
La ausencia de comunidades que velen y conserven una base espiritual cristiana es la razón por la que surge Equipo Río. Creemos que construir estas comunidades restaura la dignidad, fortalece las relaciones y tiende puentes entre culturas.
La semana pasada emprendimos nuestro viaje a la Conferencia Holston de la Iglesia Metodista Unida en Tennessee, una organización que busca reunificarse y revitalizarse tras una larga temporada de desafiliaciones de muchas de sus iglesias.
Hacía un mes de haber iniciado una reunión semanal por Zoom con los 3 únicos pastores hispanos de dos distritos diferentes de la Conferencia, y percibir sus débiles y distantes relaciones no solo con sus líderes conferenciales y distritales sino aún entre ellos. La dificultad para conseguir la información que necesitábamos nos obligó a planear una visita personal urgente a Tennessee.
Mientras los detalles logísticos se iban coordinando, tanto el Rev. Jorge Ochoa como yo conseguimos, con no poco trabajo, reunirlos vía online una vez por semana. Y aunque conseguimos crear un poco de expectativa, verlos en persona se hacía indispensable.
Encuentro con la Rev. Leah Burns, Directora Asociada para Ministerios Multiculturales
De manera que aterrizamos en Alcoa, Tennessee, el pasado lunes a medianoche. Al siguiente día, martes, nos encontramos con la Rev. Leah Burns, cuyo espíritu proactivo nos impresionó profundamente. Ella ha sido incansable en buscar ayuda para abrir diálogos sinceros y levantar puentes entre la comunidad anglo e hispana. Un mes y medio antes, ella nos había invitado a acompañarla en este camino de conexión.
Encuentro con la Superintendente del Distrito Smoky Mountains, Rev. Angela Hardy Cross
Y ahora nos había preparado una importante primera reunión con la DS de Smoky Mountains, Rev. Angela Hardy Cross, superintendente de dos de los pastores que visitaríamos. Con ella pudimos conocer situaciones que nos eran imposible entenderlas bien debido a que las capacidades de los pastores para expresarse más allá de sus frustraciones y de conseguir una línea de discurso coherente, que no fuera en círculos estaban claramente disminuidas. Y si así era con nosotros, imaginábamos cuánto más limitada sería la efectividad de las comunicaciones con sus necesarias conexiones organizacionales, y en todas las direcciones.
Y así, después de una muy útil y contextualizadora reunión, manejamos hasta Hillsville para conocer personalmente a nuestro primer pastor, Saúl Huerta. El impacto de nuestra presencia en sus realidades no fue privativo de Saúl sino de cada pastor y comunidad hispana visitada. El efecto personal sigue dando el toque humano imposible de alcanzar con la reunión online.
El pastor Saúl Huerta en Hillsville
Nuestra primera parada fue Hillsville, para conocer al pastor Saúl. Bastaron unas horas con él para darnos cuenta de cómo el aislamiento puede sepultar un potencial increíble. Al compartir su testimonio de conversión y su llamado al ministerio, su corazón se abrió nuevamente y las lágrimas fluyeron tras años de soledad.
Vimos su corazón pastoral en acción al presentarnos a familiares y vecinos, al recibirnos en el restaurante de su familia y al atender a personas necesitadas que no se fueron con las manos vacías. Esa misma noche, mientras predicábamos sobre la novedad a la que Cristo nos llama, su corazón parecía desbordarse en sus ojos. A la mañana siguiente, tras invitarnos a desayunar, nos despedimos—marcados por risas, lágrimas y hasta un curioso momento con su larga barba bien cuidada, que él mismo conectó con su vida espiritual.
El pastor Félix Álvarez en Morristown
De allí, con el pastor Daniel al volante, nos dirigimos a Morristown para conocer al pastor Félix. Desde que salió a nuestro encuentro en el estacionamiento, sentimos como si hubiésemos dejado México atrás y aterrizado en Puerto Rico.
A sus 70 años, Félix pastorea una joven comunidad mayoritariamente guatemalteca con la que ha logrado gran sinergia. En apenas unas horas compartimos su historia personal, familiar y ministerial, nos sentimos parte de su iglesia en oración y experimentamos la calidez de su abrazo repetido hasta la despedida.
Hospitalidad en Alcoa
Nuestra base fue Alcoa, donde la lluvia nos recibió al llegar al Holiday Inn. Pero las comidas no fueron en restaurantes, sino en los hogares hospitalarios de familias hispanas: una salvadoreña, otra mexicoamericana y otras dos de distintas regiones de México. ¡Toda una fiesta para el cuerpo y el espíritu!
El jueves, nos reunimos en la conferencia con la Rev. Leah Burns, Directora Asociada de Ministerios multiculturales. Juntos, reconocimos barreras, encontramos caminos para andar juntos y soñamos con un día en que tantas naciones, culturas e idiomas vivan como un solo pueblo en el ministerio de la Conferencia Holston.
Esa noche, en la reunión semanal de líderes hispanos de la iglesia Roca Eterna, con su pastor Rev. Daniel Castillo, miembro provisional de la Conferencia, compartimos oraciones, reflexión bíblica y alimentos, experimentando cuánta bendición hay en la comunión cristiana.
Una conferencia de puentes
El viernes tuvimos otras dos conversaciones con la Rev. Susan Arnold, Directora Ejecutiva de Desarrollo Congregacional y Ministerios Conexionales, para explorar el potencial trascultural para la desarrollo y expansión de nuevas congregaciones. Y de manera online, también eschamos las prioridades de la superintendente del distrito Clinch Mountain al Oeste de la conferencia, la Rev. Jane Taylor con la consolidación y expansión del ministerio hispano. Ambas expresaron un fuerte compromiso con multiplicar el mosaico espiritual al que Dios las ha llamado.
Tras agradecer nuevamente a la Rev. Leah Burns, nos fuimos muy animados por el potencial de crecimiento del ministerio hispano en Holston. Cabe destacar el trabajo que la Conferencia ha hecho para que el próximo año, por primera vez, un pastor hispano será parte oficial de la conferencia, llevando su voz como inspiración y ejemplo para otros que comparten el mismo llamado.
Celebración en adoración
Y como enseña Jesús, concluimos celebrando. Semanas antes habíamos planeado un culto unido con congregaciones, pastores hispanos y líderes conferenciales—una radiografía viva de cómo estaba funcionando la comunidad. Esa noche de viernes, en la iglesia del pastor Daniel Castillo, nos dimos cita las iglesias hispanas con toda su diversidad de países para dar gracias al Dios que nos llamó a servirle.
Este servicio fue un verdadero mosaico del Reino: dirección desde México, alabanza desde Guatemala, predicación desde Cuba, ministración desde Perú, bautismos de un padre y su hija, acompañamiento del liderazgo anglosajón y Cierre con comida latinoamericana
Así quedó sellada nuestra visita como Equipo Río, marcada por unidad y gozo.
Mirando hacia adelante
El sábado, al mediodía, mientras regresábamos a Texas, reflexionamos sobre el enorme potencial ministerial en Holston. No solo entre las iglesias hispanas multiculturales, sino también en los puentes que pueden extenderse hacia comunidades afroamericanas y anglosajonas.
Volvimos con gratitud, disfrutando la profunda satisfacción de haber servido al Padre de toda criatura, quien nos llama a ser un solo cuerpo, una sola familia, un solo pueblo.
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